El ansia de clicks amenaza el rol del editor en Ecuador

Amenazas al oficio

El deber de un editor es resguardar la calidad de lo que se publica en un medio de comunicación. Se encarga de asegurar que toda la información propagada sea verificada y contrastada, que sea de interés público y que cumpla con las normas éticas y legales. Además, vela por la seguridad tanto de los periodistas […]

07.08.2025

El deber de un editor es resguardar la calidad de lo que se publica en un medio de comunicación. Se encarga de asegurar que toda la información propagada sea verificada y contrastada, que sea de interés público y que cumpla con las normas éticas y legales. Además, vela por la seguridad tanto de los periodistas como de las fuentes. El trabajo del editor inicia con la planificación de los temas a cubrir, sigue con el acompañamiento a la reportería, continúa con la revisión del material a ser difundido y termina con una evaluación de los efectos de las publicaciones. Los ojos del editor vigilan todo el proceso de producción informativa.

En los últimos años, el rol de los editores se ha transformado en Ecuador debido a la crisis económica que enfrentan los medios de comunicación, la cual ha provocado que las redacciones se contraigan tanto en personal como en recursos. Los ingresos han mermado, pues la era digital abarató el costo de la publicidad, que por décadas fue la principal fuente de los medios.

Si bien no hay datos fiables sobre cómo este fenómeno se ha desenvuelto en Ecuador, un estudio del Pew Research Center, un instituto de investigación con base en Washington D.C, muestra que en la última década el mercado de la publicidad no digital ha descendido vertiginosamente mientras la digital ha crecido a pasos agigantados. Asimismo, el estudio expone que las redes sociales acaparan los ingresos de la publicidad digital, con Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp) absorbiendo más de la mitad del mercado, seguida de Google y, en el último año, Tiktok. De esta manera, los medios de comunicación han quedado relegados en el mercado publicitario, provocando una seria carencia de ingresos.

En el país, la crisis económica de los medios de comunicación se ve reflejada en los ingresos que estas compañías han declarado ante las autoridades. La Fundación Periodistas Sin Cadenas (FPSC) analizó los estados financieros que seis medios con alcance nacional presentaron a la Superintendencia de Compañías entre 2015 y 2023. Se tomaron en cuenta dos medios impresos, dos radios y dos televisoras. Se calculó cuánto han subido o han bajado porcentualmente sus ingresos anuales con respecto a los registrados en el 2015.

El estudio evidencia, además, que los más afectados han sido los medios escritos y los radiales. Una de las compañías de prensa escrita analizadas facturó en 2023 el 54% menos que en 2015; y la otra, el 41% menos. Mientras que una de las radios estudiadas facturó el 41% menos que en 2015; y la otra, el 27% menos. Estas cuatro empresas muestran una muy leve o ninguna recuperación económica en los últimos años.

La situación de las empresas televisivas, en cambio, no es tan desalentadora. Una de las compañías analizadas ha tenido una recuperación sostenida luego de la pandemia, aunque no ha podido llegar a los ingresos registrados hace una década.

En 2023 recibió el 13% de ingresos menos en comparación con el 2015. La otra televisora se restableció completamente en 2022, pues ese año recibió el 12% más de los ingresos alcanzados en 2015; y en 2023 el monto se equiparó, pues obtuvo apenas el 1% menos. Las cifras muestran que los cambios en el mercado publicitario no han afectado tanto aeste tipo de compañías como sí lo han hecho a los periódicos y las radios.

En este contexto, los editores en Ecuador no solo han teni do que lidiar con la contracción de los equipos de trabajo, sino también con la ola de violencia que golpea al país desde 2021. El pico más alto de violencia se registró en 2023, cuando la tasa de homicidios llegó a los 46 por cada 100.000 habitantes. Aunque la cifra disminuyó en 2024, un estudio de Insight Crime, un centro de investigación dedicado al estudio del crimen organizado y la seguridad ciudadana en América Latina y el Caribe, ubicó a Ecuador como el país latinoamericano más violento de ese año, con una tasa de 39 homicidios por cada 100.000 habitantes, seguido de Venezuela con una tasa de 26; y Colombia y Honduras con 25.

La violencia en el interior del país no es uniforme. La revista digital PlanV publicó un informe donde se muestra que 16 de de los 221 cantones del Ecuador tuvieron una tasa superior a los 100 homicidios por cada 100.000 habitantes. A la cabeza están Camilo Pone Enríquez (Azuay), con 240; Puebloviejo (Los Ríos), con 207; y Las Naves (Bolívar), con 151. La investigación sugiere que las muertes escalan en zonas donde los grupos delincuenciales se disputan territorio para desarrollar sus economías ilegales.

Este ambiente de inseguridad ha venido acompañado de ataques a periodistas. La FPSC registró 1.031 ataques contra periodistas y medios de comunicación entre mediados de 2021 y finales de 2024. Las agresiones más comunes fueron la censura, la intimidación y la amenaza de muerte. El año pasado, nueve
periodistas tuvieron que salir del país en el exilio por razones ligadas a su trabajo, y uno más se exilió en enero de 2025.

El último informe anual, titulado “La violencia y la precarie dad laboral ahogaron al gremio periodístico en 2024”, resaltó varios hechos relevantes que pusieron en grave peligro la labor periodística en 2024, como el ataque armado a TC Televisión, durante una emisión en vivo, ocurrido a inicios de ese año. El programa Los irreverentes conducido por María Sol Borja, Fabricio Vela y José Luis Cañizares fue sacado del aire cuando los periodistas denunciaban presiones políticas sobre ellos.

Asimismo, el Gobierno Nacional le quitó la visa a la comunicadora cubana Alondra Santiago, luego de que criticó al Presidente usando la melodía del Himno Nacional. El medio local El Ferrodiario, de Durán, tuvo que cerrar por amenazas de bandas criminales. Y la publicación de supuestos chats del excandidato presidencial Fernando Villavicencio, asesinado en 2023, en plena campaña electoral, puso en riesgo a decenas periodistas que seguían ca sos de corrupción y crimen organizado, al exponer su identidad y las de sus fuentes.

A esto hay que añadir el asesinato del periodista Patricio Aguilar, en marzo de 2025, acribillado en medio de una cobertura sobre un caso de secuestro. Este es el ambiente donde los periodistas y editores deben ejercer su profesión.

El periodismo ecuatoriano naufraga en medio de la crisis económica de los medios de comunicación y la crisis de seguridad del país. La calidad de la información y la seguridad de los periodistas se ha visto comprometida. En este escenario, el trabajo de los editores es clave.

Para entender qué papel están jugando, la FPSC realizó seis entrevistas a profundidad a 6 profesionales. Los testimonios pertenecen a cuatro periodistas, un editor y una persona que cumple doble función, entre reportera y editora. Dos entrevistados trabajan para medios digitales con alcance de audiencia
nacional. Los otros cuatro laboran en medios de prensa escrita (dos locales y dos nacionales), los cuales además mantienen sus propias plataformas digitales. Sus testimonios revelan, entre otras cosas, que la calidad de la información disminuye en la medida en que los medios de comunicación implementan estrategias concentradas exclusivamente en incrementar el tráfico de sus sitios web. El llamado clickbait está poniendo en riesgo la rigurosidad periodística.

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